Chocolate Dubai y otras modas que están causando estragos en el planeta
En los últimos años hemos visto cómo un simple trend en redes sociales puede transformar nuestra relación con la comida. Desde el chocolate de Dubái con pistachos, hasta el matcha y aquella obsesión por el aguacate (o palta) o la leche de almendras. Pero más allá de los likes y las estéticas, estas modas alimentarias tienen impactos reales en el planeta.
Alimentos virales y sus consecuencias ambientales
Chocolate de Dubái con pistachos: viral y lujoso, este chocolate causó escasez de pistachos y elevó sus precios hasta un 35 %, afectando a productores y cadenas de suministro globales.
Matcha japonés: su popularidad impulsada por redes sociales saturó a pequeños productores y elevó globalmente el precio, tensionando sistemas de cultivo sostenibles.
Un reporte reciente confirma que tanto pistachos como matcha han vivido escasez concretas este año, producto directo de su fama viral.
Los supermercados ya emplean herramientas de inteligencia artificial para anticipar estos fenómenos virales y ajustar el stock rápidamente.
Clásicos virales con impactos duraderos
Aguacate: cultivarlos en zonas como Petorca (Chile) ha implicado uso excesivo de agua, desvíos ilegales de ríos y deforestación, además del impacto en polinizadores esenciales.
Leche de almendras: aunque es una alternativa vegetal, cada vaso puede requerir hasta 74 litros de agua, lo cual implica una huella hídrica significativa.
¿Cómo podemos comer mejor sin dejar de disfrutar?
Elegir con intención:
Reduce alimentos ultraprocesados; generan altas emisiones y múltiples etapas de transporte y producción.
Come variado y más plantas: los alimentos de origen vegetal suelen tener menor huella y promueven la biodiversidad.
Come local y de temporada: esto reduce emisiones por transporte, apoya la economía local y disminuye el uso de embalajes o invernaderos.
Reducir desperdicio:
Planea tus compras, aprovecha sobras y compost o reutiliza alimentos
Alternativas ecológicas para conservar alimentos, como los beeswax wraps, prolongan la frescura y reducen desechos plásticos.
Apoyar prácticas responsables:
Busca certificaciones como Fairtrade, Rainforest Alliance o ecológicas que garantizan prácticas ambientales y sociales responsables.
En Francia y Bélgica está creciendo el uso del Green‑Score (antes Eco‑Score), una etiqueta que califica el impacto ambiental de los productos.
Las tendencias virales etiquetan productos como "cool", pero también pueden desbordar ecosistemas, cadenas de producción y recursos vitales.
Recuerda: no se trata de sacrificar el placer por la sostenibilidad, sino de disfrutarlo de forma consciente. Cada elección puede ser un voto por el planeta.
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