Hablemos de política: ¿Por qué es importante que nos involucremos?

ODS

“No podemos pretender tener mejor calidad de políticos o instituciones más sólidas, si no estamos dispuestos a hacer nuestra parte. Necesitamos convertir la decepción y la apatía en interés y participación.”


Por Lunín Pereda

¿Alguna vez han escuchado frases como: “todos los políticos son corruptos”, “yo no voto, a mí no me interesa la política”, “es mejor que no hablemos de política”? Yo sí, y cuando me siento a hablar con mis amigos, me doy cuenta de que detrás de cada una de estas frases hay un sentimiento de decepción en el sistema. Pero, si no nos involucramos, nada va a cambiar. Entonces, yo les invito a que sí, hablemos de política.

Yo vengo de un país políticamente muy dividido. Una realidad que parece repetirse en muchas partes del mundo estos días. Fueron años de división, en las reuniones familiares y con amigos estaba prohibido hablar de política. Al final, tanta división y falta de cambios, abrieron paso a la resignación. La radicalización no lleva a nada, no hay espacio para el crecimiento ahí, es una calle sin salida. Por esta razón, una parte de la gente escoge no involucrarse, le quitan relevancia.

La gran consecuencia de invisibilizar este tema es que se pierde el interés, no sólo a debatir, sino también a participar. Y sin participación ciudadana, no podemos crear instituciones sólidas que nos representen, ni sociedades prósperas.

Aportes y compromisos

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecen una serie de metas para asegurar más desarrollo y prosperidad para el 2030, lo cual en papel suena muy bien. Sin embargo, alcanzar estas metas requiere del aporte y compromiso de todos los actores de la sociedad, incluyéndonos a nosotros: los ciudadanos.

En específico, para alcanzar el ODS 16: Paz, justicia e instituciones sólidas, necesitaremos hacernos parte de la realidad política e institucional de nuestros países. Este ODS plantea las metas de: crear instituciones eficaces y transparentes, y reducir la corrupción y el soborno en todas sus formas. Pero la realidad nos está jugando en contra. En lugar de trabajar en conjunto para co-crear y buscar soluciones a los retos que se nos presentan, nos hemos distanciado unos de otros sin posibilidad de generar consensos.

El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) de 2022 plantea que las sociedades parecieran encontrarse más políticamente divididas e intolerantes. Si observamos a la región, podemos evidenciarlo en acciones como la toma del capitolio en EEUU o el congreso en Brasil. Pero también, conseguimos ejemplos en nuestra vida diaria: “no se puede hablar de política”, “tengo miedo a compartir mi posición”, “perdí a un amigo por tener visiones distintas” y más.

Por esta razón, el informe identificó a la polarización política como un factor que dificulta la acción colectiva para enfrentar los desafíos locales y globales. Es evidente, ¿cómo podemos crear, colaborar y construir, si no somos capaces si quiera de debatir respetuosamente? ¿cómo podemos avanzar juntos si sólo queremos imponer nuestra visión?

Tenemos una meta clara pero una realidad desafiante: entre grupos polarizados, y aquellos que escogen alejarse de todo esto y no participar.

Por ejemplo, revisemos el caso electoral en Chile. Según datos del SERVEL, en la segunda vuelta presidencial del año 2021, la abstención fue de 45%. Casi la mitad de los votantes se abstuvieron en la última elección voluntaria. Esto nos indica que, por diversos motivos, un porcentaje importante de la población no está participando. Y este es nuestro principal espacio como ciudadanos para dar nuestra opinión sobre la visión de institucionalidad que tenemos para el país.

No podemos pretender tener mejor calidad de políticos o instituciones más sólidas, si no estamos dispuestos a hacer nuestra parte. Necesitamos convertir la decepción y la apatía en interés y participación. ¿Cómo lo hacemos? Pues no hay una sola respuesta, pero sí podemos aportar desde donde estamos a través de una gran herramienta que tenemos: la educación.

Entonces, es aquí donde les invito a que hablemos de política. Pero elevemos la conversación, no nos quedemos en hablar de políticos y partidos, sino más bien enfocarnos en el proyecto de comunidad y país que aspiramos a tener.

Tres ideas para pasar a la acción

1.- Infórmate: Previo a cada elección, haz tu tarea. Investiga los proyectos, los candidatos, la realidad local. Pregúntate: ¿cuál es el proyecto con el que más te identificas y por qué? Si hay críticas a tu candidato de preferencia, está abierto a otros puntos de vista, revísalas y analiza por tu cuenta. Finalmente, toma una decisión informada.

2.- Involucra a más gente: Habrá personas que no podrán investigar y tendrán dudas sobre las opciones de cara a la elección, habrá jóvenes que apenas empezarán a votar, y poner tu conocimiento al servicio de los demás, podría ser de gran ayuda.

Una historia que me motiva es la de una colega que se dio cuenta de que los jóvenes en EEUU tienen baja participación electoral, suelen votar sólo en elecciones grandes como las presidenciales. Investigando se dio cuenta de que esto sucedía por falta de conocimiento del sistema político. Así que desarrolló, en alianza con universidades reconocidas, talleres didácticos para jóvenes universitarios explicando el funcionamiento del sistema público.

3.- Genera espacios para el debate: Puede ser un panel en una universidad, un podcast, o incluso una conversación entre amigos. Sé la persona que plantea un desafío de tu comunidad y que invita a la cocreación a través del entendimiento de distintas perspectivas. Sé la persona que rompe paradigmas debatiendo desde un lugar constructivo y no de imposición.

Mientras más ciudadanos hablemos, estemos informados y participemos, fortaleceremos nuestras democracias con instituciones más sólidas y transparentes. Hablemos de política, no para mostrar que tenemos la razón, sino para conseguir ese espacio en el que podemos construir juntos.

Al final, todos queremos lo mismo: una sociedad más plena y satisfactoria para todas las personas. Y quizás, los caminos que imaginamos son distintos, pero la meta es la misma.

Déjame saber, ¿qué acción te gustaría tomar, por pequeña que parezca, para involucrarte más?

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