COP30: 7 ideas claves de esta nueva edición

ODS

La COP30, que se celebra en 2025 en Belém (Brasil), es una de las cumbres climáticas más simbólicas hasta ahora. No solo porque tiene lugar en plena Amazonía —el pulmón verde del planeta—, sino porque ha desatado una de las mayores movilizaciones indígenas en la historia de estas conferencias. En un momento crítico para la crisis climática, la COP30 promete hablar de bosques, financiamiento, coordinación regional… y también de poder.

1. ¿Por qué Belém y por qué la Amazonía?

  • La Amazonía no es solo un símbolo natural: es clave para el balance climático. Como señaló un investigador ante la COP, la selva amazónica contribuye con su evapotranspiración a las lluvias en gran parte del continente.

  • La ciudad anfitriona, Belém, está bañada por ríos como el Amazonas, el Guamá o el Tapajós, lo que refuerza el mensaje de que esta COP debe hablar de agua, bosque y territorio.

  • Según el sitio oficial de la COP30, uno de sus grandes objetivos es pasar “del papel a la acción”: acelerar la transición energética, restaurar ecosistemas y fortalecer programas de bosques productivos.

2. Metas, financiamiento y los grandes temas sobre la mesa

Durante la COP30 se están negociando varios puntos clave:

  • Nuevos compromisos climáticos (NDC): muchos países buscan presentar planes más ambiciosos para reducir emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático.

  • Fondo para bosques tropicales (Tropical Forests Forever Fund – TFFF): Brasil propone movilizar miles de millones para proteger sus bosques, e incluso se ha planteado que parte de esos recursos (unos 20 %) se destinen a los pueblos indígenas.

  • Cooperación amazónica: con la “Declaración de Bogotá”, los países que comparten la cuenca amazónica (como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador) acordaron presentar una posición conjunta en la COP, con compromisos para frenar la deforestación y fortalecer la financiación regional.

  • Monitoreo forestal: se anunció un sistema conjunto de monitoreo para los bosques amazónicos, coordinado por la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), para mejorar la vigilancia contra la deforestación.

3. Justicia indígena y movilización social

Uno de los elementos más potentes de la COP30 es la presencia indígena. Se proyecta que alrededor de 3.000 representantes indígenas participarán, de los cuales cerca de 1.000 estarán formalmente en negociaciones.

Pero también hay protesta y movilización. Grupos indígenas y comunidades tradicionales han formado el Mutirão dos Povos, una coalición que exige que sus conocimientos, formas de vida y demandas de tierra sean parte real de las decisiones climáticas.
Durante la COP, manifestantes —incluyendo líderes Munduruku— han denunciado la “Amazonía como zona de sacrificio”, criticando proyectos de infraestructura, caminos y petróleo que amenazan sus territorios ancestrales.

Los indígenas han enviado un mensaje claro: “La Amazonía no es un recurso para explotar”. Su exigencia incluye acceso directo a la financiación climática para defender sus territorios y modelos de vida.

4. Controversias y desafíos logísticos

No todo es optimismo. La elección de Belém ha traído críticas:

  • Se han denunciado altísimos costos de alojamiento para delegados, lo que puede limitar la participación de observadores, activistas y ONGs.

  • Parte de la infraestructura construida para la COP ha generado deforestación: proyectos de carreteras vinculados al evento han sido señalados por organizaciones ambientalistas.

  • En paralelo, la legitimidad de algunos fondos ha sido cuestionada: ¿cómo garantizar que el dinero destinado a la protección del bosque llegue de forma efectiva a las comunidades y no refuerce modelos extractivos?

5. Datos relevantes

  • La COP30 fue anunciada con un fuerte simbolismo: realizarla en la Amazonía busca subrayar la urgencia de proteger las selvas tropicales como parte del combate climático.

  • Brasil propondrá un fondo de 125.000 millones de dólares para proteger bosques tropicales, con algún porcentaje dedicado directamente a los pueblos indígenas.

  • La “Aldea COP” —espacio para pueblos originarios durante la cumbre— forma parte del plan para dar mayor presencia a comunidades históricamente excluidas.

  • La “Declaración de Bogotá” entre países amazónicos incluye 35 puntos para una acción conjunta, lo que representa un esfuerzo histórico de coordinación regional.

6. Retos y lo que podría salir mal

  • Falta de acción real: si los compromisos siguen siendo simbólicos, la COP30 puede ser otra cumbre con muchas promesas y pocas soluciones tangibles.

  • Presión extractiva: la infraestructura y nuevos proyectos en la Amazonía ponen en riesgo los ecosistemas que se supone se deben proteger.

  • Desigualdad financiera: los países más pobres y las comunidades indígenas exigen que el financiamiento climático no sea solo para proyectos grandes, sino para la protección de sus territorios.

  • Transparencia: debe haber mecanismos claros para monitorear que los fondos se asignen de forma justa y que las políticas conciliadas sean realmente implementadas.

7. ¿Por qué importa la COP30 para todos?

La COP30 no es solo una reunión de políticos. Es un momento clave para decidir si la acción climática será justo transición, no solo en discursos, sino en realidad.
Si logra consolidar un fondo verde ambicioso, garantizar la participación efectiva de los pueblos indígenas y frenar la deforestación, podría marcar un antes y un después.
Pero, si falla, podría quedar en la historia como otra cumbre con promesas vacías.

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