La escucha activa para una comunicación eficaz

“Los beneficios que obtendrás al poner en práctica la escucha activa serán simplemente maravillosos; confianza en tu interlocutor, fidelidad, confianza y mejores relaciones personales. El otro sabe que tú le importas y que has entendido su mensaje.”


Por Rosbelys Rondón

La comunicación es bidireccional y fracasará siempre si alguien no escucha. En un mundo con millones de distractores, actualmente, se le da poca importancia a escuchar eficazmente.

Es común estar en medio de una conversación y tomar el celular para revisar un correo o estar frente a alguien y estar pensando en la lista de tareas que tenemos pendiente. Es como si nuestra mente no parará nunca. 

Eso nos hace un interlocutor distraído y un orador poco confiable.

Es por eso que hoy quiero contarte un tip, entre los miles que existen, para que la próxima vez que estés como asistente a una conferencia, en medio de una llamada telefónica o entrevista, puedas estar escuchando activamente a la otra persona:

Tomar notas 📝

Cuando tomamos nota nos obligamos a estar presentes. A sacar lo importante de cada oración y a prestar atención a todo aquello que se nos dice.

Además, tomar notas nos servirá para cuando necesitemos interrumpir cordialmente al otro, porque algo no nos ha quedado claro. También nos servirá para revisar cualquier idea cuando el otro nos haga una pregunta sin tomarnos desprevenidos.

Cuando no escuchamos porque estamos distraídos o porque creemos que ya sabemos lo que el otro nos va a decir, vamos perdiendo puntos como un  interlocutor confiable.

No podemos descubrir las necesidades del otro si no lo escuchamos y aunque ahora que lo vemos plasmado suene importante, no le damos la misma importancia que a la lectura, a las matemáticas o al deporte.

Recuerda además que escuchar es mucho más que oír, porque escuchar significa interpretar. 

Consejos extras ✅

  • Tener una postura que invite al otro a contarnos su historia, una postura de interés frente a lo que el otro tiene que decir.

  • Posponer nuestras preocupaciones. Apagar eso que nos preocupa, por el tiempo que dure la interacción con el otro.

  • Prestar atención al lenguaje no verbal que tiene la otra persona, sus expresiones y su tono de voz.

Los beneficios que obtendrás al poner en práctica la escucha activa serán simplemente maravillosos; confianza en tu interlocutor, fidelidad, confianza y mejores relaciones personales. El otro sabe que tú le importas y que has entendido su mensaje. 

Si quieres saber si aprendiste la lección y que estás escuchando activamente, hazte un par de preguntas luego de tu próxima conversación:

¿Miraste alguna vez el celular mientras hablabas con el otro? ¿Puedes recordar el color de sus ojos y la expresión de sus manos?

Cuéntanos qué te ha parecido este artículo y si deseas que exploremos juntos este tema. 

Rosbelys Rondón

Locutora, periodista, productora y la Product Manager de Coaching Vocal

Anterior
Anterior

Migración y desigualdad: un problema de todos

Siguiente
Siguiente

Cómo las vacunas nos han ayudado a lo largo de la historia